La firma italiana Gucci colabora por primera vez con otra marca, y ha elegido a The North Face, que además de especializarse en prendas funcionales y de última tecnología para atletas y exploradores que realizan actividades al aire libre, también se preocupa por el medio ambiente.
Para esta colección se utilizaron telas "de archivo" a las que se les dio una segunda vida; Econyl —una versión de nylon fabricada a partir de redes de pesca— y; para los empaques, cartón reciclable proveniente de bosques talados de forma sostenible. Por supuesto, Alessandro Michele, director creativo de Gucci, eligió estampados coloridos que hacen que las prendas sean más sofísticadas, sin sacrificar su funcionalidad.
No cabe duda que los creativos de Gucci y The North Face pensaron en la experiencia completa, pues a los abrigos, chamarras de pluma, rompevientos, tops, zapatos y accesorios que se esperaban, han sumado hasta tiendas de campaña, equipaje y sleeping bags, como factor sorpresa.
La campaña, dirigida por Daniel Shea, se inspira en un grupo de excursionistas que acampan en los Alpes, y evoca la estética de los años 70, cuando The North Face era un minorista en Berkeley, California, y su fábrica y su tienda eran vecinas del estudio donde practicaba la banda Credence Clearwater Revival, cuya canción Bad Moon Rising suena en el video promocional de esta colaboración.
También, se realizo un mini documental que presenta declaraciones de Alessandro Michele; David Whetstone, director del área de colaboraciones globales de The North Face; Nina Williams, escaladora profesional; y el artista Post AOW. El video defiende un estilo de vida alternativo y libre, donde la belleza y la funcionalidad necesariamente coexisten.